sábado, 27 de septiembre de 2014

EN EL PISO DE ABAJO, DE MARGARET POWELL

Título: En el piso de abajo
Título original: Bellow Stairs
Autora: Margaret Powell
Traducción: Elena Bernardo Gil
Editorial: Alba Editorial
Nº de páginas: 216
Publicación: Abril 2013

SINOPSIS:

En la primera casa en que entró a trabajar como pinche de cocina, a los quince años, Margaret Powell se quedó atónita cuando le dijeron que, entre sus tareas, figuraba la de planchar los cordones de los zapatos. La señora de la casa le prohibió, además, entregarle en mano cualquier cosa: siempre tenía que ser «en bandeja de plata». Era la Inglaterra de los años 20, y en ella una chica empleada en el servicio doméstico tenía que mentir a los chicos si quería encontrar novio: ellos las llamaban «esclavas».
En el piso de abajo son las memorias de una mujer sedienta de educación que no comprende que, cuando pedía un libro de la biblioteca de sus señores, éstos la miraran incrédulos y espantados. Con el tiempo, aprendió por su cuenta y en 1968 publicó este libro, que ha sido la fuente reconocida de inspiración de series como Arriba y abajo y Downton Abbey, pero mucho más incisiva e intencionada que ellas. En el sótano, a «ellos» (como llamaban a los señores), se les hacía «una especie de psiconálisis de cocina, sin cabida para Freud. Creo que nosotros sabíamos de la vida sexual ajena mucho más de lo que él llegó a saber nunca».
Penetrante en su observación de las relaciones entre clases, libre y deslenguada en la expresión de sus deseos, Margaret Powell nos cuenta qué significaba para los de abajo preparar las cenas de seis platos de los de arriba. Un documento excepcional.

Aunque no he visto la última temporada de Downton Abbey me gusta mucho, así que, cuando vi que el creador de la serie se había basado en este libro y que estaba protagonizado por una cocinera no dudé en leerlo.

Tal y como indica el título, nos vamos a centrar en el piso de abajo, la clase obrera, a través de las memorias de Margaret. De lo que ocurre "arriba" solo tendremos conocimiento a través de los distintos "señores" para los que trabajaba la cocinera. En Downton Abbey se nos presentan de forma más benevolente, con un contacto más cercano entre "ellos" y los criados; sin embargo, de las numerosas casas por las que pasó Margaret tan solo es capaz de hablar bien de una de ellas.  

Sin duda, la obra está narrada con el típico humor inglés. A pesar de que lo que nos transmite la protagonista no son más que penurias no podemos evitar soltar una sonrisa de vez en cuando tal y cómo nos las describe. 

También somos testigos de sus deseos de estudiar y de cómo quiere que sus hijos tengan la mejor educación. En este sentido, es muy interesante la reflexión que hace sobre el tema, cuando se da cuenta de lo que ella consideraba bueno para ellos tal vez no lo era tanto por estar en un ambiente en el que siempre eran reconocidos como los pobres.  

En los distintos capítulos nos cuenta cómo eran las tareas del hogar que realizaba y las compara con cómo se hacen las cosas ahora. El problema que he encontrado es que ese "ahora" lo identifico más con la época actual que con el año 1968 que fue cuando se escribió. 

Es un libro de 29 capítulos muy cortos que se lee en un suspiro, ideal para los amantes de la época que recrea y aquellos que sepan disfrutar del buen humor inglés.

En España solo se ha publicado este primer libro pero no me importaría leer cualquiera de los otros que escribió, incluso su libro de cocina, a pesar de que no se decidió a recibir clases de cocina hasta que no quemó un pavo.

viernes, 12 de septiembre de 2014

MALDITO KARMA, DE DAVID SAFIER

Título: Maldito Karma
Título original: Mieses Karma
Autor: David Safier
Traducción: Lidia Álvarez Grifoll
Editorial: Seix Barral
Nº de páginas: 320
Publicación: Abril 2013 (45ª edición)

SINOPSIS:

La presentadora de televisión Kim Lange está en el mejor momento de su carrera cuando sufre un accidente y muere aplastada por el lavabo de una estación espacial rusa. En el más allá, Kim se entera de que ha acumulado mal karma a lo largo de su vida: ha engañado a su marido, ha descuidado a su hija y ha amargado a cuantos la rodean. Pronto descubre cuál es su castigo: está en un agujero, tiene dos antenas y seis patas… ¡es una hormiga! Kim no tiene ganas de ir arrastrando migas de pastel tras haber eludido los hidratos de carbono toda su vida. Además, no puede permitir que su marido se consuele con otra. Sólo le queda una salida: acumular buen karma para ascender por la escala de la reencarnación y volver a ser humana. Pero el camino para dejar de ser un insecto y convertirse en un bípedo es duro y está plagado de contratiempos.  

Confieso que me dejo arrastrar por los libros que llevan tantas ediciones vendidas, siempre pienso que algo tendrán cuando han conseguido engatusar a millones de lectores. En esta ocasión, al tratarse de un libro de humor lo hacía más apetecible porque es un género que me suele gustar mucho así que tampoco dudé en traérmelo de la feria del libro.

También llevaba mucho tiempo en mi lista de autores pendientes, la verdad es que me apetecía hacerme mi propia opinión sobre él puesto que, después de leer varias reseñas de sus libros, me he quedado con la sensación de que no es un autor constante, creo que algunos de sus libros gustan mucho y otros no están a la misma altura.

Si no tuviéramos en cuenta los ejemplares vendidos y tuviéramos que valorar la combinación de autor alemán y humor seguro que no apostaríamos por él. De hecho, he visto un par de comedias alemanas y solo me ha gustado Diario de una doctora. Maldito karma rebosa humor absurdo (comenzando por la muerte de la protagonista) y, a pesar de que es un género con el que me lo suelo pasar bien, esta vez no he disfrutado con la lectura. No voy a decir que no me haya reído, sí que me ha sacado más de una sonrisa, pero no ha sido lo que yo esperaba.

Creo que lo que no me ha gustado es la doble moral de la protagonista y cómo le da normalidad a la infidelidad. La idea de la reencarnación está muy bien, sobre todo, las aventuras de los distintos animales en los que se transforma, pero al final no hay arrepentimiento. Para ella tienen la misma importancia volver con su familia o con su amante, un poquito de moraleja hubiera estado bien. Si la había, yo no la he sabido entender, me he quedado con la impresión de que la protagonista es una mujer egoísta.

Después de todo esto solo puedo decir que mi opinión es una entre millones, sin duda es un libro que te hará reír pero si quieres leer humor absurdo del bueno permíteme que te recomiende algo mejor: Cuentos Cuánticos.

Esta reseña forma parte del reto Autores Eternamente Pendientes.

lunes, 8 de septiembre de 2014

LA MUJER QUE VIVIÓ UN AÑO EN LA CAMA, DE SUE TOWNSEND

Título: La mujer que vivió un año en la cama
Título original: The Woman Who Went to Bed for a Year
Autora: Sue Townsend
Traductor: Jesús de la Torre
Editorial: Espasa
Sello: Booket
Nº de páginas: 419
Publicación: Abril 2014

SINOPSIS:

El día en que sus hijos, unos mellizos superdotados, se marchan a la universidad, Eva cruza la puerta de su casa y se mete en la cama en pleno día. No está enferma. No está cansada. Y, desde luego, no tiene una aventura. Simplemente, ha llegado el momento de decir basta.

Una historia delirante y profunda sobre lo que sucede cuando alguien deja de ser lo que los demás desean que sea.  

Una novela perfecta para los tiempos que vivimos: hace reír, hace pensar.

Este libro puede ser el ejemplo perfecto de que una reseña negativa no tiene por qué influir en un lector a la hora de leer una novela. Normalmente me dejo influir por la opinión de otros blogueros a la hora de elegir una lectura pero al final siempre soy yo la que decido y este libro tenía algo que hacía que me apeteciera leerlo por lo que, cuando lo vi en la feria del libro, no dudé en traérmelo a casa.

Debo decir que tenía una impresión errónea, pensaba que era un libro de humor, en parte, por lo que aparece en la portada ("Reí hasta que lloré") y en la contraportada, en la que la califican como una sátira social. Creo que el hecho de que se haya vendido como algo que no es  puede ser el motivo por el que no haya gustado tanto. La mujer que vivió un año en la cama no es una novela de humor, más bien, es una historia muy triste en la que prácticamente todos sus personajes son infelices. Así que, no sé si ha sido porque no tenía prácticamente ninguna expectativa o porque ya sabía lo que no me iba a encontrar, la cuestión es que a mí sí que me ha gustado.

La autora, que ha fallecido este año, es muy conocida en Gran Bretaña por sus novelas juveniles. Tal vez por eso me ha sorprendido cómo se desenvuelve con esta novela. No recurre al típico humor inglés, tampoco me atrevería a decir que es una sátira, pero sí que consigue hacer una crítica social a través de la magnífica descripción de los personajes. Aunque algunos son llevados al extremo, cada uno de ellos refleja perfectamente distintos sentimientos: soledad, maldad, egoísmo, engaño, desamor, soberbia...

Sin duda, la protagonista es la mejor representada. En ella se da la paradoja de que decide meterse en la cama harta de ser la que se encarga de todo sin que nadie la valore y termina adoptando el mismo papel que reprocha a sus seres queridos. A lo largo de la novela la autora juega con el lector presentando a Eva como una mujer desequilibrada para luego demostrarnos que está completamente cuerda. En mi opinión, es mucho más probable la primera opción.

Con el final hace lo mismo y eso es lo que menos me ha gustado; no es que lo deje abierto, sino a la libre interpretación del lector. A mí no me gustan este tipo de desenlaces, prefiero que me lo dejen todo bien aclarado. Seguro que si lo comento con otras personas que hayan leído el libro cada uno habrá hecho una interpretación distinta.

A pesar de ese pequeño inconveniente, y sin decir que es una novela brillante, creo que merece la pena darle una oportunidad para descubrir la estupenda elección que ha hecho la autora de los personajes y descubrir lo bien que los ha caracterizado.

La mujer que vivió un año en la cama no es un libro que haga reír, tampoco hará llorar; en cambio, una vez que se cierra la última página, es inevitable sentir una terrible sensación de pena.